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Asi soy

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Igual que tu, por que? Tendría que ser diferente, eso si, dejame decirte que soy una mujer con una GRAN fortuna, DIOS me obsequio el tesoro más hermoso...Julio César me bendice cada día con su sonrisa y antes de él...Mi periodismo y mis investigaciones me han convertido en lo que soy... Si alguien me pregunta, pues sí, volveria a estudiar PERIODISMO...

viernes, 8 de mayo de 2009

El Castigo


Las lágrimas corrían sobre sus mejillas, eran gotas de dolor a consecuencia de las mentiras, el dolor y el temor de enfrentar situaciones inesperadas y esas cosas que le ocultan supuestamente esperando el momento oportuno. Pero jamás podremos encontrar un mejor momento que ese mismo instante cuando todo y nada ocurre.
Más de dos horas transcurrieron en vano, sin mayores comentarios más que los rutinarios, esos que solemos hacer una tarde de un día cualquiera, sin embargo ese silencio rompió de pronto con la llegada de eso a los que muchos le huyen - a la verdad.
La voz era tembloroso, los ojos parecían como la luna llena rodeada de una espesa tiniebla - que pasó? lo animaron a hablar - para luego contestar casi de inmediato "golpee a un niño, pero no quería hacer lo que el otro me decía, me pidió que los sacara del lugar"
La densa niebla de inmediato y sin espera a una respuesta se transformaron en gotas, gotas que corrían por sus mejillas, haciendo ver sus inmensos ojos en un mar... al escuchar la solicitud inmediata de una explicación, la voz se quebró por completo y ansioso, temeroso, seguro de dos cosas: la primera que había cometido un error muy grave, la segunda que sería castigado por lo ocurrido: Intentando decir algo valedero, solo logró confundirse y exclamar que no quería hacerlo, pero reconocía que había hecho mal.
La reacción fue instantánea de la persona que aguardaba con ansias una respuesta clara, pero por supuesto esa "respuesta" jamás llegó, el castigo era la solución, debía dejar claro que la situación no podía ser perdonada, que la acción violenta y la obediencia ante exigencias mal sanas eran inaceptables en la familia, que en muchas ocasiones el tema había sido discutido; sin embargo esa noche... todo cayó al piso.
Consciente de odiar las mentiras, las cosas mal hechas, y sin ninguna disponibilidad de apañar tal situación castigó severamente a quien al primer momento de claridad y conversación - luego de algunas horas de diversión con otros - ofreció, de alguna forma una excusa, pero esa jamás fue aceptada.
Ahora, después del castigo se tejió toda una disputa familiar entre quien obtuvo la información a principio de la tarde y quien apenas estaba llegando, esta última llena de rabia y malestar ante esa negativa de decir cuanto ocurría, exigió respeto, verdad, exigió una crianza verdadera, esos valores que a su vez impartió en el momento que le correspondió y ahora... en otro papel de su vida había al parecer olvidado y era quien los recibió durante tanto años, quien desde el otro lado pedía fuese cumplido.
Finalmente, a solas, consigo misma y sin mirar a nadie ni escuchar nada, se pregunta era necesario el castigo o solo hubiese bastado la conversación, se respondía que el castigo le indicaba el hecho de mostrarle que el susto pudo ser peor, pudo dejar secuelas para toda la vida (gracias a Dios eso no ocurrió), pero pudo ser sin duda alguna. La conversación hubiese sido más psicológico, pero el recordar que hasta ese momento, la otra persona lo oculto, era realmente uno de sus mayores malestares.
Sin duda alguna, las mentiras son maléficas, vivir rodeada de mentira - lo se me toco vivirlo - es vivir en la mentira... es más tarde cuando realmente aprendes a vivir el día a día y te toca aprender a conocer a las personas... particularmente es mi opinión "prefiero vivir clara y sin complicaciones, no es tan difícil hacerlo... antes de vivir engañada y atada a una vida de cristal que con cualquier tropiezo se echa abajo.