Al llegar a Maracaibo mi hermana Magaly (unica hermana) y yo, siempre inventamos una excusa para irnos de compra, en esta oportunidad el sitio elegido fue la Av. Bella Vista y la Av. 72.
Emprendimos nuestro camino a eso de la 1:30 P.m en su Picanto hacia la 72, donde debian entregarle el contrato del seguro de carro, el cual era imprescindible, pues mi llegada a Maracaibo, implica salidas pa´ la calle todos los días.
Ibamos tal cual turistas por la calle 5 de julio, mirando a los lados, ubicando las calles y cuidandonos de los maracuchos locos que se encuentran detrás del volante (sobre todo en diciembre, de pana que los conductores estaban como locos).
De pronto, cuando nos encontrabamos esperando la luz verde que nos indicaba seguir nuestro recorrido, nos percatamos que el vehiculo que estaba delante tal cual tarado no avanzaba y como buenas maracuchas deseperadas por continuar, comenzamos a tocar la corneta e insultar (dentro del carro al conductor).
Mi hermana seguia tocando la corneta del Picanto, mientras yo comienzo a divisar algo... y patablumm... comienzo a reir a carcajadas, pues resulta que el tipo no avanzaba por capricho, sino que estaba accidentado y con la capota del carro abiertota.
Dios que locura y nosotras alli, tocando corneta... pero claro si el animal con cédula ese hubiese colocado el famoso triangulo de seguridad, nosotras no hubiesemos hecho semejante escandalo.
Pero en fin... mi hermana retrocedio en el carro y salimos, justo en ese momento miro a mi derecha y que creen... estaban dos tipos muertos de la risa observando como nosotras nos estresabamos por salir del sitio.
Una vez en nuestro camino, encontramos la dirección de la oficina de seguros, yo me quede en el carro y mi hermana... quien tiene un caracter - jejejej- bien particular se bajo a buscar al carajo, pero el mismo no habia llegado y regreso Magaly de nuevo al carro botando sapos y culebras por la boca, mientras marcaba el número de telefono y le decia que se apurara. Es asombroso como tenemos la habilidad de cambiar tan pronto el tono de voz.
finalmente y mientras escuchabamos unas canciones de Guaco, llego la persona que mi hermana esperaba, le entrego el bendito contrato y su respectivo cotillon de navidad.
Alli comenzo una nueva lucha... mi hermana me muestra el obsequio y yo comienzo a apoderarme de todo y ella, por su no quieria, pero bueno después de pelear por la taza de cafe y el boligrafo...nos distribuimos bien las cosas y felices las dos.
Con contraro del seguro en mano, nos fuimos a ENNE, una tienda en maracaibo donde venden de todo, lo que te imagines, no es como las tiendas de Maturin que debes entrar a tres comercios para comprar todo.
Carrito en mano y con la tarjeta de alimentación en otra - ojo la ibamos a estrenar - comenzamos a meter cosas en ese carro y mete, mete y mete, como dos horas después, obstinada de agarrar, guardar, regresar y echar broma, nos fuimos al cajero y que creen fue todo un desastre.
Resulta que el muchacho era nuevo, si teniamos tres productos iguales, en vez de marcar juntos, pasaba uno por uno... ay dios cual de las dos desesperadas... - mijo pero dale apurate, ay dios vos si sois lento - y del otro lado estaba una guajirita empacando los productos, pero min hermana tenia que seguirla por todas las cajas pa que terminara, por que comenzaba a jugar con otras guajiritas...
Finalmente cuando el chico termino de registrar todo, inicia mi agarron con el supervisor quien despues de pasar la tarjeta de alimentación, la tumbo al piso, le paso un carrito por encima y hasta la pateo...
Alli me percate que tengo el don de la paciencia y le di gracias a Dios de no ser hombre, que si no le doy un puñetazo por abusador y tuvo los santos riñones de responder a mis reclamos con un "dale gracias a dios que te recogi del piso la tarjeta" has visto semejante descaro le dije a mi hermana, al tiempo que le indicaba que salieramos del sitio antes de golpear o insultar a alguien...
Pero saben que... no hay nada como ir de compras con mi hermana en Maracaibo... no lo cambio por nada
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